La hierbabuena o Mentha spicata es una planta perenne de la familia de las lamiáceas
caracterizada por sus hojas en forma de lanza, dentadas y con vellosidad en el envés, y sus flores
pequeñas estructuradas en racimos con tonalidades que varían del blanco al púrpura. En condiciones
óptimas y en un entorno silvestre puede alcanzar hasta un metro de altura debido a la extensividad
y a la tendencia invasiva de sus raíces. En un entorno controlado no suele llegar a los 30-50
cm.
El origen de la hierbabuena no es claro, al tratarse de un híbrido obtenido por
el cruce de la menta negra y la menta blanca, la primera planta pudo haber nacido en Europa, el
norte de África o en Asia. Una de las primeras documentaciones sobre esta planta aromática data de
finales del siglo VIII o principios del IX en un acta legislativa de Carlomagno en la que se insta
a cultivar un listado de plantas entre las cuales se incluye la Mentha spicata.
La composición principal de la Mentha spicata es el mentol
(alcohol saturado localizado en sus aceites esenciales), los carotenos (carotenoide muy
importante en la dieta humana), los flavonoides (aportan a la hierbabuena sus propiedades
medicinales), el limoneno (aporta a la hierbabuena propiedades adecuadas para su aplicación
en la industria alimentaria, del hogar y en la cosmética), la mentona (aporta el olor
característico de la hierbabuena), los taninos (puede aplicarse en la industria del curtido)
y ácidos ascórbicos y fólicos.
Respecto a las principales vitaminas que aporta la hierbabuena se
distinguen:
En primer lugar, vitamina A la cual proviene de los carotenos y aporta al
organismo principalmente una protección de los huesos, piel y mucosas.
En segundo lugar, vitamina B2 que ayuda a mantener el sistema inmunitario y a
regenerar los tejidos.
En tercer lugar, vitamina C procedente del ácido ascórbico, es esencial por su
efecto antioxidante en el organismo.
Finalmente, vitamina B9 procedente del ácido fólico ayuda a prevenir la anemia y
reduce las posibilidades de padecer problemas cardiovasculares. Además es esencial consumirla
durante el embarazo y la infancia.
La hierbabuena aporta también otros nutrientes como el calcio, la fibra, el
agua, el magnesio, el potasio, el hierro, el manganeso, el cobre y los ácidos omega 3.
La hierbabuena no debe confundirse con la menta o Mentha, siendo esta
última un nombre generalizado que engloba al conjunto de plantas en las que se incluye la propia
hierbabuena. La distinción entre la
hierbabuena
y el resto de variedades de la menta se observa tanto en el color del tallo como de las flores, en
su composición y sus nutrientes y en sus propiedades. Además el origen de cada variedad podría
haberse producido en diferentes lugares y/o épocas.
Al igual que otras plantas herbáceas, la Mentha spicata al cruzarse con
otras variedades de la Mentha ha dado lugar a otras nuevas plantas. El ejemplo más conocido
es la
menta piperita
o Mentha piperita cuyo origen proviene del cruce con la menta acuática o Mentha
acuatica.
La hierbabuena suele ser aplicada para
usos medicinales,
gastronómicos, ornamentales y en la industria de la perfumería, cosmética y el curtido.
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